Hasta siempre maestro

Hasta siempre maestro

Un homenaje al inmortal Legado de Francisco Ibáñez

El otro día, cuando me encontraba a punto de coger un avión para comenzar mis vacaciones, me enteré de la noticia. Don Francisco Ibáñez Talavera había fallecido a los 87 años.

Este post se aleja un bastante del contenido habitual del blog, pero me sentía en la necesidad de rendir honor a la leyenda más grande del comic español y una de las personas que más influyo en mi infancia.

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Hace un par de años, en una sesión de Team Building, nos preguntaron que queríamos ser de mayores cuando éramos niños. Las respuestas entre mis compañeros fueron diversas pero mayoritariamente comunes. Cuando llego mi turno, yo lo tenía claro. Una respuesta que causo cierta perplejidad entre los asistentes. Cuando era niño, quería ser dibujante de comics. Cuando era niño, quería ser como Francisco Ibáñez.

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Los niños de mi generación tenían multitud de ídolos y referentes: deportistas, cantantes, personajes de películas y series. Para mí, el principal referente de mi infancia siempre fue el maestro. Porque sí, el gran Francisco Ibáñez no solo fue mi primer ídolo, sino que, además, fue mi primer maestro. Aquellos personajes salidos de su prodigiosa mente, con los agentes de la TIA a la cabeza, me enseñaron a leer y a disfrutar de la lectura, a dibujar, a abrazar el humor, a imaginar y crear mis propias aventuras, a conocer la historia y la cultura reciente de mi país.

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Era increíble como durante mi infancia, a mediados de los 90, las hilarantes aventuras de un par de detectives calvos me hicieron disfrutar como pocas películas, series, videojuegos y otros hobbys lo han hecho a lo largo de mi vida. Recuerdo como cada 6 de enero esperaba impaciente a abrir los regalos, entre otras cosas, porque sabía que entre ellos habría más de una historieta de mis personajes de tebeo favoritos. Recuerdo como cada cumpleaños, uno de mis mayores anhelos era desenvolver algún ejemplar de Super Humor. Ese tocho, con un mínimo de tres historias, era felicidad plena.

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Según he ido creciendo, quizá he ido perdiendo paulatinamente algo de la pasión que sentía por aquellas increíbles historias. Los agentes secretos más incompetentes de la historia, un enano calvo y medio ciego genial, un bloque de pisos que era una locura, un par de albañiles que eran una ruina. Aun con eso, como los grandes recuerdos de mi infancia, el espíritu aquellos tebeos permanecerá para siempre. Por eso, al enterarme de la noticia y a pesar de saber que sus 87 años pesan, no pude evitar entristecerme y que algo en mí me incitara a brindar mi pequeño tributo en este blog, aun tratándose de una temática totalmente ajena.

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El legado del maestro Ibáñez perdurará entre millones de Millenials, Generacion x o Baby Boomers. Sus historias permanecerán imperecederas durante generaciones, tal como permanecen las obras de los grandes genios. En el niño que todavía existe en mí y en el de miles de personas, Ibáñez y sus historias vivirán eternamente.

Gracias y hasta siempre maestro.

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Escribiendo desde un sótano en la Deep Web, atentamente math.